La próxima vez que corten mi cuerpo

Escribí los poemas LA PRÓXIMA VEZ QUE CORTEN MI CUERPO (Los libros del perro, 2023) a mediados del 2008; recuerdo que fue un año caluroso, y precisamente fue el calor lo que despertó la memoria en mi cuerpo. No sé el modo preciso en que surge un poema, es difícil decirlo; lo que sí recuerdo es una tarde en un consultorio ginecológico en el que estaba desnuda frente al espejo, preparándome para una exploración rutinaria, palpando algunas cicatrices, reconociendo ese mapa que es el organismo. Ahí surgió el primer poema, en el área de Gineco-Obstetricia de un hospital en la Ciudad de México, entre la frialdad de las gavetas, del ultrasonido y demás instrumentos médicos que intentaban decirme algo de lo que era; entonces entendí que desde su superficie el cuerpo es una historia compleja, donde el dolor y el placer forman parte de su tejido.


Mi mejor trabajo ovárico duerme a sus veinte años,
más allá de mediodía. 
La veo recostada, respirar lento, soñar. En algo sueña. 
Mientras la miro pienso en los cuatrocientos noventa óvulos 
que arrojaron mis ovarios durante cuarenta años. 
Me quedan pocos, o ninguno:
hace unos meses una perla enrojecida se reventó a la entrada, 
tiñendo de manera casi imperceptible mi ropa interior.

Mi último óvulo cayó en silencio, vencido. 




Lo primero que llama la atención de los poemas que componen el libro de Cristina Guillermo, La próxima vez que corten mi cuerpo, es su desnudez enunciativa: el registro concreto, irónico y tierno a la vez, de distintos fragmentos de su vida. Poemas autobiográficos, en el sentido que Robert Creeley le da a esa palabra: “Una vida que se rastrea a sí misma”. La evidencia de eso que llamamos realidad se vuelve dicción fluida y transparente en sus poemas. Al parecer, Guillermo restaura el pacto de confianza que parecía perdido a los ojos del siglo XXI entre las palabras y las cosas: confianza en la vida y confianza en las palabras que la nombran, son los cauces que toma la expresión de la poeta. Esa recuperación de la literalidad salva al lenguaje de todo abismo, pero también de toda abstracción.

Guillermo nos sumerge en el mundo de las sensaciones, nos sitúa en ese espacio en el que el cuerpo regresa a la mente: siento, luego existo, podría decirse. Es por ello que no es extraño que la infancia y la juventud estén tan presentes: momentos de vida que señalan a la existencia como un ritual de iniciaciones: la sexualidad, el asombro, el juego, el aburrimiento y la muerte se imponen como entradas elementales de energía, como fuerzas motrices de la escritura.

Lo cotidiano se desliza continuamente entre los versos largos y entrecortados de Guillermo, señalando con esto el ritmo de la existencia. La próxima vez que corten mi cuerpo nos sitúa frente a poemas sencillos, despojados de ornamentos, que escapan a toda metáfora. No hay nada que sustituir, diría la poeta, la vida es una, liviana y pesada, dulce y dolorosa, al mismo tiempo.

Tania Favela
Cristina Guillermo y Zel Cabrera en la presentación de La próxima vez que corten mi cuerpo, en la librería y cafetería Fiel a la tierra. 12 de julio de 2023, CDMX.
Las escritoras Tania Favela, Cristina Guillermo, Paola Gallo y Zel Cabrera en la presentación de La próxima vez que corten mi cuerpo. Librería El Desastre, 4 de marzo de 2023, CDMX.